viernes, 9 de febrero de 2007

- III Concurso Macedonio Fernández - Premios de poesía


PRESIDENTE DEL JURADO: Jorge Boccanera

INTEGRANTES DEL JURADO. Adriana Billone y Martín Giménez Fuentes


PRIMER PREMIO: Eduardo Cartoccio por "Esta Mujer"

SEGUNDO PREMIO: Santiago Venturini por "En una imagen"

TERCER PREMIO: Andrés Eduardo Pierucci por "Sonetos"


Sonetos, por Andrés Pierucci (texto completo)


Soneto a Miguel

“Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla…”
Miguel Hernández


Por hábito a tus causas y tus versos,
al hijo que entre nubes te ha dejado,
por ese algo que hay en tu costado
que te hace el más sutil del universo.

Por tu irisado don, por el diverso
genio de tu sentido enamorado,
por el balido que creció a tu lado:
pastor de día, poeta en su reverso.

Por Orihuela, molde de tu grito,
por la cebolla, por cantar bajito
compañero del alma, compañero;

por amansar amigos, por tu sombra
que sigue perfumando a quien la nombra,
por ese corazón sin carcelero.


Soneto a Juan

“…al fondo de tus brazos otra noche me llama
y a ella voy, inclinado como un niño que reza…”
Juan Gelman

Aquí cerquita, donde aún respira
un lento atardecer mudo de llagas,
aquí cerquita donde se empalaga
un corazón afónico de ira.

Aquí, en este paisito, donde expira
doña verdad, esa palabra vaga,
aquí donde la sombra es una plaga
besándole la calva a quien conspira.

Aquí está Juan, frotándose los ojos,
gritando sus versitos errabundos
en un culpable estadio de sonrojos.

Aquí siempre estará, soñando un mundo,
salvando otro clavel de los despojos,
hijando el verbo adiós lo más profundo.


Soneto a Jorge Luis

"¿Qué errante laberinto, qué blancura
ciega de resplandor será mi suerte…?"
J.L. Borges

No voy a recrear tus amarillos,
tus caminatas, tu rincón, tu infancia ,
ni el corazón sumido en la fragancia
del pintoresco hostal de un conventillo.

No voy a regresar a los caudillos
que hicieron con su gloria tu jactancia,
ni voy a cuestionarte la arrogancia
que sosegaba tu temblor sencillo.

Voy simplemente al paso agradecerte
la palabra precisa, la ironía,
el sinsabor honroso de tu suerte.

El calorcito de tu felonía,
el desparpajo de burlar la muerte
nublándote los ojos de poesía.



Menciones (textos completos)

A la intemperie, por María del Carmen Espósito

A los pibes de la noche de Buenos Aires


La tarde se maquilla de un tornasol augusto
mientras tanto pelean los cartones del cielo
se transparentan lunas
una muñeca vieja
se anima a desafiarme.
El lúdico sonido de los precipicios
carga marionetas
que juegan a las escondidas
con la libertad
la «poli» despinta la revancha
y resucita ahogos.
Entonces se acumula sangre
en la alcantarilla
hay alguien multiplicado
que hurga la basura
donde asoman descaros
panes
mordida hambruna
y un ojo que inspecciona
el destrozo del alma.


Los rostros de un dios humillado
no preguntan porqué
la noche se les aproxima
hasta el delirio.
Más acá o hacia el frente
el pegamento manda
una moto se planta
y el grito se enmudece
detrás de los andenes
se hipoteca la vida
el dolor de una uña
es un mundo en tinieblas.
Pasan lista.
No aparece inocencia
fue vendida ayer noche
con un tiro en las nalgas.
No hay espacio siquiera
para el beso de Judas
ni lugar para cruces
ni tierra para olvido.
Una lágrima, acaso,
bañe una santarrita.
En mitad de la herida
sobrevuela el espanto.



no, TRIPTICO, no, por Carina Micelli


embudo solitario
tu voz calla frente al diluvio
jugo ácido
de vientos modernos
se pierde/esconde
no, las flores, no


las bahías crecen
cuando flotas
relamen verbos voluptuosos
historias ambiguas
se chocan/persisten
no, lamentos, no

antes que me mates
voraz pretérito
fútil engaño
no creas en el tiempo
se agota/plagia
no, lo eterno, no


Over the rainbow, por Natalia Petronacci

a dónde va toda esa sangre derramada
Jacques Prévert


El asesino
golpea la puerta
sus ruidos
huelen a cadáver
su insistencia es continua
disco giratorio
noches de caspa
venas
no tiene
colmillos
pero muerde
como un vampiro
el minutero
el minotauro
espera
está al acecho
la carne es hueso
el hueso polvo
en tan pocos segundos
a dónde
Judy Garland canta
Over the rainbow
mientras
otro muerde el polvo.


Oh la vaca y el Ruiseñor, por Felipe benegas Lynch

Cuando no estés
buscando en las palabras
llegará.

I
El terrible ojo
de una vaca
me miró.

Cuando aún
no despertaba
la vaca dijo adiós
y se fue.

Oh la vaca,
¿quién te pastará
rebaños inmensos?

La vida sigue sin tu pasto,
la vida sigue sin tu voz.

Oh la vaca,
inmenso rebaño viviente:
como un secreto te vas
en la tarde.

Adiós.

II

Oh la vaca:
en la tierra no hay consuelo
grande como tu vientre.

¿Cuánto pasto has de tragar
para un vaso de leche?

Tus pechos cuelgan
sedientos como el mar.

III

Oh la vaca,
por la ventana tu ojo,
¿qué ves?

Un niño corre por el campo
en un tiempo del pasado.

Tal vez sea una niña
y una vaca de costado
que se aleja.

La ventana está abierta, vaca,
te oigo rumiar
mis pasos lejanos.

El pasto verde crece cerca de una fuente.
Es un pasto verde y pequeño que no se puede comer.

Oh la vaca,
estoy solo en este juego.

He descubierto el musgo
y con mis dedos se rompe algo
que no volverá.

Tu ojo terrible en la ventana
brilla como luz.

Es una piedra suave,
un pasto que no se puede comer.

Oh la vaca,
por la ventana tu ojo,
¿qué ves?

IV

Venga Ruiseñor:
usted levanta una montaña
recién dormido en el aliento
profundo de la noche.

La luz se mueve
en su canto hermoso
como un huracán.

Oh la vaca,
el pájaro canta en la noche.
Pero no hay canto en el cielo de las vacas.
Sólo un mundo verde que se extiende
más allá del sueño y la vigilia.

Oh la vaca,
el ruiseñor canta
mientras el mundo crece bajo tus pies.

Pretendo, por Gustavo Tisocco

No pretendo habites mi casa,
comas en mi mesa ni uses mis cajones.
Las canillas que gotean son mías,
el vaso roto, la muñeca rota.

No pretendo que tomes del placard mi mortaja
ni que espíes debajo de mi lecho,
tampoco te ofrezco mis almanaques,
los rostros de mis muertos
ni el portón.

No pretendo que escarbes mis macetas,
te desnudes en mi espejo.
No ofrezco la música que encierro
ni el sofá azul, ni mis campanarios.


Pretendo habitarte
y salvarme…



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